Remedios Naturales para Parásitos Intestinales en Perros: Decile Chau a las Lombrices sin Químicos

 Hay días en que tu perro, ese compañero leal que mueve la cola hasta cuando lo retas, empieza a comportarse raro. No come con ganas, se rasca la cola como si le picara el alma, o peor, deja un regalito en el patio con "algo" moviéndose. Y ahí, justo ahí, se encienden todas las alarmas.


¿Parásitos? Y sí esos bichos desagradables que se cuelan sin pedir permiso y se instalan en el estómago como en un hotel cinco estrellas. Pero pará, no te desesperes. Antes de correr a la farmacia o llenarlo de químicos, hay opciones más suaves, más naturales más de casa.


Porque sí, la naturaleza tiene sus trucos bajo la manga, y tu puedes usarlos para ayudar a tu mejor amigo.



🌰 1. Semillas de calabaza: chiquitas pero bravas

No parecen gran cosa, pero estas semillitas son como los guardianes silenciosos del intestino. Tienen una sustancia cucurbitacina, por si te pinta la curiosidad que deja a los parásitos fuera de combate. Así nomás.


🟢 Cómo usarlas: Triturá las semillas crudas (¡sin sal ni tostar!) y poné una cucharadita en su comida. Hacelo una vez al día, durante una semanita. Nada de magia, pero sí constancia.


🧄 2. Ajo: el maloliente salvador

Sí, lo sabemos, el ajo no tiene buena prensa en el mundo perruno. Pero con respeto y en dosis justas, puede ser ese aliado que nadie esperaba. Un ninja natural que ataca desde adentro.


🟢 Cómo darlo: Un diente chiquito, bien picado y mezclado con la comida, durante 3 a 5 días. Solo si tu perro es mediano o grande. Si es chiquito… mejor preguntarle al veterinario primero.


💨 3. Tierra de diatomeas: polvo fino, efecto demoledor

Suena a hechizo antiguo, pero es real. Esta tierra (hecha de algas fosilizadas) pasa por el intestino como una escoba mágica, barriendo a los parásitos sin piedad.


🟢 Modo de uso: Espolvoreá media cucharadita (perros chicos) o una entera (medianos o grandes) sobre su comida, por 7 días. Eso sí, que sea grado alimenticio. ¡Nada de usar la de jardín!


🌼 4. Manzanilla: un suspiro caliente para el estómago

Esa infusión que tomas cuando tienes un nudo en la panza también funciona para ellos. Porque los perros sienten, y cuando algo les duele, lo expresan con los ojos, los gestos, el silencio.


🟢 Cómo darla: Hacerla bien suave, déjala enfriar, y dásela en la boca con jeringuita o mezclada en el agua. Dos veces al día, tres días seguidos.


🍍 5. Papaya: el dulce que arruina la fiesta a los parásitos

La papaya no solo refresca en verano. También tiene una enzima, la papaína, que ataca a los invasores internos con una sonrisa.


🟢 Cómo usarla: Unos cubitos sin cáscara ni semillas en la comida, una vez al día por una semana. Ideal para perros que disfrutan lo dulce sin pasarse.


🍚 6. Dieta blanda + ayuno: el reseteo necesario

A veces, lo mejor es darle una pausa al estómago. Un día de solo agua puede hacer maravillas. Después, una dieta suave: arroz blanco, calabaza hervida, un poco de pollo desmenuzado.


🟢 Tip extra: No te olvides de observar. El cuerpo habla, aunque no diga ni una sola palabra.


🚨 ¿Cómo saber si tu perro tiene parásitos?

Se arrastra la cola como si tuviera fuego allá abajo


Tiene la panza hinchada, pero come como un barril sin fondo


Hace caca con cosas raras (moco, sangre, lombrices...)


Pierde peso sin motivo


Está apagadito, sin ganas de jugar ni mover la cola


¿Notas eso? Pone atención. Usa estos remedios naturales, pero si no mejora en unos días, no le des vueltas: al veterinario, sin excusas.


🐾 Bonus: cómo evitar que vuelvan

✔️ Limpia el patio y recoge las heces todos los días

✔️ Lava sus platos y cambia el agua seguido

✔️ Evita que coma cosas del piso cuando salen a pasear

✔️ Dale amor, comida buena y una rutina sana


❤️ Porque cuidar también es prevenir

Tu perro no sabe lo que son los parásitos. Pero sabe cuando algo le duele. Sabe cuando vos lo miras distinto, con preocupación. Sabe cuando lo acaricias más suave, como queriendo curarlo con las manos. Por eso, cuidarlo también es prevenir. Y muchas veces, con lo que hay en casa, alcanza.


No necesitas gastar fortunas ni esperar milagros. A veces, con un puñado de semillas, una taza de té y una dosis grande de cariño, puedes hacer mucho más de lo que imaginas.


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