Tener un perro es como cargar un pedacito de sol en la mochila. Son más que mascotas: son compañeros que hablan con la mirada, que te entienden sin palabras, y que, cuando se sienten mal, parece que se apaga un poco la música en casa.
Entonces, ¿Qué haces cuando tu peludo no está en su mejor día y no puedes salir corriendo al veterinario? Ahí entran esos remedios caseros para mi perro , esos truquitos de la vida real que, con cariño y un poco de paciencia, pueden devolverle el brillo a esos ojitos y la alegría a la cola que se menea sin parar.